viernes, junio 04, 2010

De repente


De repente soy peligroso para ti.
De repente tu labio sobre mi labio es el vacío,
el polen hurtado del Parnaso
y el halo de luz que una falsa esperanza
derrama sobre tus latidos.

De repente una broma.
De repente el jolgorio de tus ojos
cae sobre mis zapatos, pisoteando tu atención e
irrumpiendo el poema, que noble se erige sobre tu memoria.

De repente a - b - c - d
y lo inmenso del abecedario.
De repente un beso,
un paso,
un latido,
un estorbo,
una luz,
un sombra.
De repente un ángel.

De repente mi casa que parece tuya,
tus ojos sobre mi nuca
y un abrazo que se pierde al apenas pensarlo.

De repente yo ya me he ido y no me he dado cuenta.

Otro poema (que saqué del diván)


Soy una víctima de la melancolía
Por eso subastaré mi corazón.
Lo llevaré a fiestas y demás estupideces de ésas
A ver si alguien lo compra o lo alquila,
A ver si alguien lo quiere. A mí ya no me cabe más.

También me duele el polvo sobre las cosas,
El olor a naftalina en los amores,
Las calles que solía recorrer de la mano contigo
(De a dos, ¿entiendes?).
Soy demasiado exigente,
Por eso ansío el sol con tu sonrisa;
Ver el mundo desde tu cuarto.
Burlarnos.

La poesía es buen ejercicio para olvidar
O acaso es el filudo borde de una navaja
O lo es todo.
A mí me gusta jugar con fuego…
Por eso he vuelto a recordarte.

 
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